CARTA ABIERTA DEL MOVIMIENTO POR EL AGUA Y LOS TERRITORIOS ANTE LAS ELECCIONES
22 de octubre de 2025
Chile atraviesa un proceso electoral decisivo para definir al próximo gobierno y al Congreso, con votaciones programadas para los días 16 de noviembre y 14 de diciembre. Ante este escenario, desde el Movimiento por el Agua y los Territorios declaramos lo siguiente:
Las propuestas ambientales de los programas presidenciales resultan insuficientes, o incluso peligrosas, en un contexto de profunda crisis climática, contaminación y pérdida de biodiversidad que afecta gravemente a los territorios, producto de un modelo económico extractivista desenfrenado.
Las acciones del actual gobierno, orientadas a desregular la normativa ambiental, tendrán consecuencias graves y duraderas que marcarán el próximo período gubernamental. Sin embargo, esta amenaza no ha sido reconocida por ninguna de las candidaturas en disputa, lo que evidencia una desconexión total respecto de las preocupaciones territoriales y ambientales del país.
La nueva ley de permisos sectoriales representa un retroceso alarmante. Este cambio legal se alinea con una tendencia internacional de desregulación ambiental, visible también en países vecinos como Ecuador, Perú, Argentina y Brasil. Lo anterior se suma al panorama de «falsas soluciones» al cambio climático, mediante proyectos de energía o tecnologías “verdes” que sólo profundizan el modelo extractivista y consolidan al continente como una zona de sacrificio ambiental.
En el escenario global, observamos con preocupación el avance de guerras, genocidios y ecocidios promovidos por potencias imperialistas. Nos parece imposible analizar la situación de Chile de manera aislada, sin considerar las luchas compartidas con otros pueblos oprimidos del mundo. Lamentablemente, estas problemáticas están completamente ausentes del debate electoral.
Por eso, consideramos imprescindible que las candidaturas reconozcan la crisis climática y ecológica que habitamos, asumiendo compromisos ambientales mínimos, tales como:
- La desprivatización del agua, mediante su declaración como bien común inapropiable y la eliminación del artículo 19, número 24, inciso final de la actual Constitución. Considerando la insólita situación de privatización del agua en nuestro país mediante la carta fundamental.
- El compromiso de no regresión ambiental, mediante una ley que revierta los retrocesos ambientales de la ley de permisos sectoriales impulsada por el gobierno de Gabriel Boric, y el retiro de los proyectos de ley de la “agenda de permisología”, aún en tramitación.
- La creación de marcos legales que fortalezcan la participación de las comunidades; aseguren el principio de no regresión ambiental; responsabilicen de manera efectiva a quienes causen daño ambiental; protejan a los defensores ambientales; restauren ecosistemas dañados; y resguarden los ecosistemas frágiles, como los bosques nativos, los humedales, los ríos y los glaciares.
- La revisión de los impactos de los Tratados de Libre Comercio en los derechos de los pueblos y de la Naturaleza, considerando su relación con la desregulación ambiental y el rol de Chile como exportador de materias primas en la transición energética injusta.
- La revisión de la Estrategia Nacional del Litio, la Estrategia Nacional de Hidrógeno Verde y la Estrategia Nacional de Minerales Críticos, así como de todas las políticas agrupadas bajo la denominada “transición energética justa”, evaluando, a su vez, los impactos que estos proyectos tienen en la práctica y que se orientan a profundizar el modelo extractivista en los territorios.
- El reconocimiento de la deuda histórica aún vigente con los pueblos originarios, el fin de la militarización del territorio mapuche y el cumplimiento de los estándares del Convenio 169 en la implementación de la Consulta Indígena.
- El compromiso con un proceso de construcción de soberanía territorial, alimentaria, energética y minera, que, desde una perspectiva ecológica y social, reconozca los derechos de la Naturaleza y se articule solidariamente con otros pueblos oprimidos.
Porque sin Naturaleza no hay vida posible ni economía que se sostenga, hacemos un llamado urgente a todos los territorios a posicionar, priorizar y exigir acciones concretas ante la crisis ecológica y climática que enfrentamos. ¡La vida no se negocia!